Friday, February 8, 2019

Reflexionando en Breve Historia de la Revolución Mexicana por Felipe Ávila y Pedro Salmerón


               De leer este libro sobre la Revolución Mexicana, gané una apreciación más fuerte de la suerte que tenemos en Estados Unidos de vivir en un país que tuvo una revolución tan estable por comparación. La revolución que tuvo México sería como uno en que fue asesinado George Washington y en que no había una rebelión sola contra los ingleses sino varias. Ávila y Salmerón nos muestran una revolución maderista, una zapatista, una villista y otra constitucionalista. La revolución llegó abrumadoramente de las clases campesinas, quienes en 1910 conformaron 73% de la población. Aunque no muestran ejemplos, los autores dicen que en México había más “revueltas campesinas entre 1760 y 1910 que ninguna otra región del hemisferio occidental.” Entonces ellos estaban preparados para la más grande, cuál llegó en 1911.

Resumen de los Acontecimientos
               Con varias décadas de regir sobre México, el régimen de Porfirio Diaz, conocido como “El Porfiriato” llegaba a ser muy alejado del pueblo. Había una crisis de las tierras. Los campesinos fueron forzados de sus antiguas tierras y quedaron trabajando en propiedades arrendadas. El general Diaz abolió las Leyes de Reforma, que habían prohibido “la posesión de bienes por las corporaciones religiosas, impedían el establecimiento de órdenes monásticas y limitaban la educación religiosa en las escuelas.” Esto catalizó una renovación del liberalismo mexicano en contra de leyes laicas que ayudó en formar el Partido Liberal Mexicano en contra de su regimen. En el comienzo del siglo, el coahuilense Francisco Madero empezaba a interesarse en la política. Escribía libros y artículos en favor de democracia en México, afirmando que México se había debilitado bajo de Diaz, quien, irónicamente, originalmente tenía como lema “No reelección.” Madero era el primer político moderno de México con la formación de su nuevo partido, el partido antirreeleccionista, cual era “el primer partido político de ciudadanos, formulado con base en principios y no en personalidades.” Él se postuló como candidato para la presidencia, pero fue arrestado. Después de la elección fraudulenta, Madero se escapó de la cárcel y dirigió una revolución y en solo seis meses había entrado a la Ciudad de México triunfante, pero solo era el comienzo.
               Madero era moderado y trataba de poner en su gabinete gente del antiguo régimen y mantenía el mismo ejercito del Porfiriato. Es decir que la revolución inicialmente no era tan radical. Ni tocó la idea de reforma de tierras que llegaría a ser el tema central. Se abrió una fractura entre Madero y muchos grupos revolucionarios que querían seguir con la revolución y que no tenían fe en los mismos que habían trabajado para Porfirio Diaz manejando el país. En lugar de eliminar al ejercito federal, Madero eliminó al ejercito revolucionario. Había un acuerdo de desarme para un grupo de rebeldes del sur todavía casi desconocidos y dirigidos para un hombre que se llamaba Emiliano Zapata, quien se convertiría en uno de los líderes más importantes. No obstante, se rompió el acuerdo por los nuevos maderistas quienes eras los antiguos porfiristas y Zapata volvió a la guerra. Mientras el proyecto de Madero era resolver problemas sociales paulatinamente, Zapata y muchos de los campesinos querían acabar con el latifundio ya. Nunca se podían tolerar para mucho tiempo.
               Sería Madero que partió de la escena revolucionario y el mundo primero. En 1913, con la aprobación del embajador Henry Lane Wilson (quien no obtuvo aprobación de su propio gobierno), Victoriano Huerta, el comandante de las fuerzas armadas, con Félix Diaz, el sobrino de Porfirio Diaz, y el caudillo Bernardo Reyes sitió a la capital para diez días (“El decenio trágico”). Prometió seguridad para Madero si se rendiera, pero cuando se rindió, Huerta lo traicionó, asesinándolo. Huerta y sus aliados trataban de imponer nuevamente el régimen del Porfiriato, sino sin Porfirio Diaz y con Huerta encima. Huerta enfrentaría tres fuerzas contra el: el constitucionalismo, dirigido por Venustiano Carranza, el villismo, dirigido por Pancho Villa y el zapatismo, dirigido por Emiliano Zapata. El gobierno de Estados Unidos, cuando se enteró el presidente Woodrow Wilson lo que había pasado, no reconoció a Huerta y no le otorgó préstamos, esperando para ver si era capaz de controlar el país.
No era capaz. Enfrentando a tres caudillos y tres ejércitos, el ejercito federal no se podía ganar. El 15 de julio de 1914, Huerta se resignó y dejó el país para exilio, con la suerte de no haber compartido el destino de su víctima, Madero. Con su caída se disolvió todo el régimen que existía de la constitución de 1857 y el estado mexicano dejo de existir. Los norteños que se combinaron en el partido constitucionalista bajo de Venustiano Carranza fueron los primero llegar a la capital y tomarla. Pero tomar la capital fue el peor momento para el movimiento. A tomarla, los grupos que apoyaban a Carranza empezaban a fracturarse mientras tenían el otro enemigo a su lado, Emiliano Zapata. Los zapatistas no veían ningún cambio. El enemigo estaba en la capital, solo que ya tuviera otro nombre. Sin embargo, los zapatistas quedaban como nada más que una fuerza regional, sin ganas de conquistar el país entero.
Emiliano Zapata fue electo como representante de su pueblo en 1909 y “encabezó la lucha legal por sus tierras originales, sin éxito.” Él había visto en su pueblo un fenómeno que estaba pasando por todo el largo y ancho de México. Las haciendas fueron avanzando, comprando tierras y dejando los aparceros y finqueros sin nada. Las tierras que habían sido suyas ya se arrendaban. Al momento de revolución, casi no quedaban tierras libres. El zapatismo fue conformado de la tradición no olvidada de la posesión original de las tierras con el desplazamiento de los campesinos arrendatarios. Los zapatistas crearon el Plan de Ayala, publicado el 15 de diciembre de 1911, un texto que convirtió el zapatismo en el movimiento agrario más serio e importante del país por sus demandas para apropiación de tierras por el gobierno para entregárselas a los campesinos. Amplió su influencia y la influencia de la demanda para restitución de tierras más allá que las fronteras del ejército de Zapata. Aunque su ejército no ganaba muchas batallas, el zapatismo ganó su influencia por sus ideas que captaron el país y todos los campesinos pobres. Entonces el primer conflicto más grande para los zapatistas era el de la tierra, pero se siguió por conflictos entre el ejército y el pueblo que defendía. Recaudando fondos para la guerra, el ejército necesitaba azúcar y otros cultivos que se podían vender. Sin embargo, los campesinos consideraban azúcar, que sembraban las haciendas, un símbolo de su opresión. En lugar de eso, cultivaban maíz y otros cultivos para la subsistencia. Por esta falta de recursos, muchos soldados zapatistas se acudían al bandidaje para alcanzar sus necesidades.  
Pancho Villa era el caudillo más exitoso, tácticamente, en la lucha contra los federales de Diaz y de Huerta. Ganando fama en el occidente y noroeste del país, Villa lanzó su propio proyecto para arreglar la situación. Los autores dicen que era una forma de “maderismo popular y radicalizado.” Apoyó el federalismo, redistribución de propiedad raíz y la restauración de “orden constitucional.” Con Villa, Zapata y Carranza había tres caudillos controlando el país. Carranza decidió enviar una especie de diplómate a Villa, intentando formar una convención constitucional. Sin embargo, cuando Villa aceptó, Carranza se cambió de mente. Esto pasó dos veces, dando rabia a Villa. No obstante, en el fin se formó una asamblea y los villistas invitaron a los zapatistas. El caudillo Álvaro Obregón, quien era subordinado de Carranza, tuvo éxito en expulsar todos civiles de la Convención con la lógica de que solo los soldados habían luchado en la Revolución y por eso solo los soldados merecían representación. Sin embargo, los zapatistas enviaron muchos “soldados” que nunca lucharon sino tenían un oficio, pero eran mejor caracterizados como intelectuales. Los villistas y los zapatistas pronto se aliaron para oponer los carrancistas, quienes eran más. Trataron de sacar Carranza de poder como Jefe Supremo, pero él dijo que lo aceptaría solo si Villa y Zapata entregaran sus poderes antes. Zapata negó y solo Villa aceptó la decisión, pero por la negación de Carranza y Zapata nunca se hizo.
Con el fracaso de la Convención, comenzó una guerra civil entre las fuerzas de Carranza y los aliados de Villa y Zapata. Sin embargo, en lugar de concentrar sus fuerzas y atacar el base de carrancismo en Veracruz, Villa y Zapata dispersaron sus fuerzas y Carranza ganó la guerra civil. El ejército de Villa, que parecía invencible contra los federales, se encontró vencido por el ejercito revolucionario de Carranza, tan motivado como los villistas.
Después de ganar, Carranza siguió una política de redistribución de tierras mucha más conservadora y moderada. Emergió una división en las fuerzas triunfantes, específicamente entre Carranza y Obregón. Carranza tenía la idea de crear un estado nacional fuerte, centralizado, presidencialista y capitalista. Obregón, al otro lado, miraba más al porvenir, con un estado corporativo y populista y no basado en la fuerza de armas sino la legitimidad del apoyo del pueblo. Esencialmente, Carranza representaba una vuelta parcial a lo que apoyaba Madero mientras Obregón representaba el zapatismo o villismo ya destruido de una forma bastante más moderado. En 1920, Carranza no se declaró por la presidencia y Obregón sí. Obregón prometió más protecciones para trabajadores y que creara un departamento de labor. Interviniendo en la elección, Carranza orquestó un complot para acusar a Obregón de fomentar una rebelión. Era mentira, pero se convirtió en verdad porque se robó la elección de la gente. Obregón ganó la elección y el proceso de consolidar poder acabar con la revolución empezó después de nueve años de lucha.

Conclusión
               La Revolución Mexicana es notable por su violencia y caos. Ningunos de los lideres de la revolución lograron gobernar el país, sino que Álvaro Obregón lo ganó en una última revuelta contra su ex-jefe Carranza. Era peculiar en que los caudillos no solo eran hombres fuertes, sino representantes de sus soldados. Los soldados, cuando murió un jefe, reunían en asamblea para elegir un reemplazo. El libro da tres ejemplos de este fenómeno. Esta fuerza de la necesidad de buscar legitimidad de a bajo resultó en un México en el siglo XX que usaba la política de masas y la movilización de la lucha callejera. Los sindicatos, grupos estudiantiles y grupos de campesinos se convirtieron en los actores políticos gracias a una devolución de poder a ellos.
               Pero más que todo la diferencia en México era del control de la tierra y el subsuelo. Los autores nos dicen que “los recursos del subsuelo representaban más del 60% de las exportaciones en 1910, y un porcentaje aún mayor en 1920.” En cambio de durante el Porfiriato, el gobierno mexicano llegaría a ser el dueño del subsuelo y su petróleo hasta hoy. Aún más importante, en los decenios que seguían a la revolución, se entregó a los campesinos “más de cien millones de hectáreas, … más de la mitad del territorio nacional.” La revolución marcó el fin de una generación de hacendados y desigualdad y el comienzo de un estado más igual.

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